LAS IMPLICACIONES DEL REINO DE DIOS PARA LOS QUE LO RECIBEN

LAS IMPLICACIONES DEL REINO DE DIOS PARA LOS QUE LO RECIBEN


Apóstol David Márquez F.


El Reino de Dios es una relación muy práctica entre Dios y el hombre que lo recibe. La vida de una persona nunca puede ser la misma después que ha entrado al Reino. ¿Cuáles son estas profundas implicaciones que el Reino conlleva para quien se pone bajo la autoridad del Señor?


1. Sumisión al Señor

- Nadie entra al Reino de Dios para hacer su propia voluntad, sino la del Rey. La voluntad del Señor es suprema en su Reino (Mateo 6:10; 1 Pedro 4:2-3)
- Cristo mismo demostró completa sumisión a la voluntad del Padre, cuando estuvo en la tierra (Juan 5:30; 6:38; Hebreos 10:7; Lucas 22:42).
- Recibir el Reino dentro de nosotros significa que nosotros voluntariamente abandonamos el trono de nuestro corazón e invitamos a Cristo para que tome en él Su lugar como Señor y Rey.
- Estar en al Reino implica una renuncia constante a nuestra propia voluntad y deseos (Lucas 9:23-24;). Nuestra voluntad debe ser crucificada, a fin de que la voluntad de Dios sea realizada en nosotros.
- La sumisión al Señor, al contrario de lo que los hombres pueden pensar, trae descanso para el alma (Mateo 11:24).

2. Renunciamiento a los derechos personales

- En el mundo cada uno busca su derechos y privilegios. Hoy se habla mucho de “los derechos humanos”, pero nada de “Los derechos divinos”.
- Jesús fue claro y directo en nadie puede poner condiciones para la entrega total a Cristo. La entrega y consagración deben involucrar todo lo que se posee (Lucas 14:33).
- Renunciar no significa abandonar, sino que, en un acto definido y específico, la persona renuncia a su derecho sobre todo lo que posee (familia, dinero, casa, cosas), y aún sobre su propia vida, lo consagra al Señor y al Servicio del Reino, devolviéndole a Él los derechos que siempre ha tenido, y que nosotros no habíamos reconocido (1 Crónicas 29:11-16; Romanos 11:36).
- Una vez que el discípulo ha renunciado a los derecho y consagrado todo al Señor, ocupa su lugar como administrador de las cosas y los bienes de Dios. Ante los hombres continua siendo el dueño, pero ante Dios, él se considera sólo un mayordomo, reconociéndole sólo a Él como dueño de todo y con derechos de disponer como quiere de todo lo que tenemos (Mateo 20:15).

3. Obediencia incondicional a la Palabra de Dios

- Obediencia es la prueba fundamental de nuestras decisiones y promesas al Señor. Conocer la voluntad de Dios y estar dispuestos a obedecerlo es importante, pero inútil si no se materializa con pasos prácticos de obediencia activa al Rey.
- Estar en el Reino y ser desobedientes es una completa contradicción (Lucas6:46), nadie puede entrar al Reino de Dios si no obedece Su Palabra (Mateo7:21-25),
- El Señor considera la obediencia a Su Palabra, como la manifestación de que realmente lo amamos (Juan 14:15, 21, 23, 24).
- Jamás podremos ser discípulos del Rey, si no obedecemos y practicamos Su Palabra (Juan 8:31)
- La obediencia a La Palabra de Dios, en ves de ser una esclavitud, realmente los hace libres (Juan 8:31-32)

4. Amor supremo por el Señor

- El amor supremo a Dios es el primer mandamiento del Reino (Marcos 12:19-30)
- Un amor supremos a Dios es el requisito principal para ser aceptados como discípulos verdaderos (Mateo 10:37).
- El amor a Dios es amor total; no es sólo un sentimiento positivo hacia Dios, si no que involucra toda la personalidad del discípulo: corazón, alma, mente , fuerzas. ¿Es esto imposible?... ¡de ninguna manera! Dios lo ha hecho posible derramando Su propio Amor en los corazones de los suyos (Romanos 5:5).

5. Amor genuino por todos los hermanos

- Las relaciones entre los ciudadanos del Reino, son relaciones de amor. El amor a los hermanos es un mandamiento clave (Juan 13:34-35).
- El mandamiento es: amar a los hermanos como Cristo nos ha amado; es decir amarles incondicionalmente, intensamente y sacrificialmente.

6. Amor por el prójimo

- Los ciudadanos del Reino tienen la capacidad y la obligación de amar a su prójimo, y hacer todo lo posible por expresarles en hechos concretos y de bendición este amor (Romanos 13:8-9; Lucas10:25-37; Mateo 7:12
- Amar al prójimo es amar a todos; también a los enemigos y perseguidores (Lucas 6:32-36; Mateo 5:38-48; Romanos 12:17-21).

7. Relaciones de sujeción

- La sumisión al Señor alcanza aspectos muy prácticos en cuanto a las relaciones que sostenemos con otras personas; en este sentido, la Escritura da mandamientos específicos, que por causa del Señor, cada discípulo debe obedecer y practicar:
- Las esposa deben estar sujetas y obedecer a sus esposos, porque el varón es la cabeza del hogar (1 Pedro 3:1; Colosenses 3:18)
- los hijo deben sujetarse y obedecer a sus padres (Efesios 6:1-3; Colosenses 3:20
- Los empleados deben obedecer a sus patrones y jefes (Efesios 6:5-8; Colosenses 3:22-25)
- Todos los cristianos deben obedecer y sujetarse a las autoridades civiles y militares (Romanos 13:1-6; 1 Pedro 2:13-17)
- Debe haber obediencia a las leyes civiles (Romanos 13:7; 1Pedro :13; 1 Timoteo 1:8-10)

8. Sujeción y obediencia a los líderes espirituales

- Reconocemos como líder espiritual a todo discípulo maduro que tiene bajo su cuidado espiritual a otros discípulos, con el propósito de formarlos en Cristo, adiestrarlos para la tarea y perfeccionarlos para el ministerio. En este sentido, un líder espiritual puede ser el pastor, evangelista, maestro, un dirigente de un grupo de oración o comunión, un dirigente juvenil, de damas, de varones, o cualquier otro cristiano que realice la tarea mencionada.
- El Señor ha puesto aquí en la tierra a hombres y mujeres a quienes les ha dado en los diversos niveles de Su Obra, para cuidar de Sus discípulos, animarles, dirigirles, enseñarles, entrenarles, perfeccionarles y ejercer sobre ellos cierto control, corrección, y aún reprensión y disciplina, cuando fuere necesario (Efesios 4:11-12; 2 Timoteo 4:1-2; Tito 2:15; 1 Timoteo 5:20):
- Todo discípulo debe sujetarse a su pastor (Hebreos 13:17). El pastor y los demás líderes de la iglesia han recibido autoridad departe de Dios, y la representan ante la Iglesia; obedecerles es obedecer la autoridad de Dios; desobedecerles es desobedecer la autoridad divina (Mateo 10:40; Juan 13:20).
- El discípulo de además, sujetarse a su maestro, guía, o líder espiritual, reconociendo la gracia de Dios que actúa en él o ella (1 Tesalonicenses 5:12-13; 1Corintios 16:15-16).
- Desobedecer la enseñanza y la autoridad de quienes nos guía y nos enseña en el Señor, es pecado (Deuteronomio 17:8-13); tal falta debe ser sancionada, porque trae desorden y perturbación al cuerpo de Cristo (2 Tesalonicenses 3:6, 14-15).

9. Discipulado

- Quien ingresa al Reino de Dios, lo hace como aprendiz o discípulo. Así el rico como el pobre, el sabio como el ignorante, entran en la misma categoría.
- La definición más simple de lo que un discípulo quizá sea: “uno que aprende bajo disciplina”.
- los objetivos del discipulado básicamente son tres:
a) Que Cristo sea formado en la persona, quien debe llegar a la madurez de su carácter espiritual
b) Que el discípulo esté plenamente cumpliendo la Gran Comisión de hacer discípulos.
c) Que desarrolle, perfeccione y se dedique a su ministerio especifico, determinado por los dones recibidos de Dios.
- Para cumplir tales objetivos, el discipulador mantendrá al discípulo bajo enseñanza, instrucción, adiestramiento, control, todo el tiempo que fuere necesario. Este, por se parte, deberá sujetarse y obedecer, sin que su maestro deba estar luchando permanentemente para doblegar su voluntad. Sólo puede realizarse el proceso de discipular a alguno, cuando éste se sujeta voluntariamente a quien lo discipula.

10. Servicio

- Los ciudadanos del Reino De Dios son llamados frecuentemente “siervos del Señor”, expresión que significa “esclavos del Señor”, servidores de Él.
- Tal como Cristo vino a este mundo a servir (Mateo 20:28), así también sus seguidores son llamados a servir.
- El servicio que los hijo de Dios debemos dar, es primeramente al Señor (Hebreos 12:28). Este servicio al Señor incluye nuestro culto a Él, el ejercicio de los dones espirituales para bendecir a la Iglesia, y todo trabajo realizado para la extensión del Reino de Dios sobre tierra.
- También servimos al Señor cuando servimos a los hermanos por amor (Gálatas 5:13). En este servicio involucramos acciones como: consolar al triste, fortalecer al débil, compartir con el que padece necesidad, visitar a los enfermos, visitar a los encarcelados, etc.
- También debemos servir a los que aún no conocen a Cristo; esto es también servir al Señor (Mateo 25:31-46; Lucas 6:35).
- Dios se encargará de traer recompensa de nuestro servicio (Hebreos 6:10; Aocalipsis22:12), sin embargo, no debemos envanecernos por el trabajo realizado, sino que considerarnos “siervos inútiles” (Lucas 17:7-10)

11. Reproducción – Fruto

- En el Reino de Dios no hay creyentes que no hayan recibido la capacidad de reproducirse y de dar frutos. Más bien, cada uno ha sido enviado al mundo a dar fruto, y preocuparse de que su fruto permanezca (Juan 15:16). El dar fruto abundante y con perseverancia, es señal de que se es “buena tierra” para Dios (Lucas 8:15). La condición básica para dar fruto es “permanecer en Cristo y que Él permanezca en nosotros” (Juan 15:4-5).
- Los hijos de Dios han sido plantados en este mundo, a fin de quese reproduzcan abundantemente ( Mateo 13:37-38). Al reproducirse, éstos dan también a luz “hijos del Reino”.
- El evangelismo tiene como finalidad “hacer discípulos”. Para esto, testificamos, intercedemos a Dios, predicamos, hasta que la gente se convierte y es bautizada, y comienza a integrarse a la iglesia local. Pero allí no termina todo, como frecuentemente se piensa.
- Comienza el proceso de discipular, criar, consolidar al nuevo hijo de Dios, hasta que se cumplan en él los objetivos del discipulado.
- Cada discípulo ha recibido la orden de hacer discípulos (Mateo 28:18-20) por lo tanto, debe desarrollarse, capacitarse y prepararse para la tarea, y luego dedicarse a ella con toda perseverancia.