viernes, 15 de mayo de 2009

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Plantación de la Iglesia en Asunción, Paraguay

Este es el mail que el Apóstol David Márquez envió desde Asunción a los ministros y líderes de nuestras iglesias:

Queridos consiervos y amigos, esta es la última noche en Asunción. Hemos terminado nuestra labor acá. Vinimos con el propósito de plantar la Obra de Dios en esta ciudad, y el Señor nos ha ayudado a realizar este propósito.

Hoy tuvimos nuestra última reunión con los hermanos, y luego vinimos al hotel donde estuvimos dando instrucciones y ministrando a Valentín Alcaraz, quien junto a su esposa Josefina, ha quedado al frente de todo. El Señor lo tenía preparado para ésto, y realmente creo que él y su esposa son las personas indicadas para esta labor.


Bueno, el resumen final de nuestra tarea es que junto a mi hermano Félix Guala ganamos para el Señor 48 personas, (sin contar los niños) bautizando a la mayoría. Los pocos que no fueron bautizados eran cristianos apartados de mucho tiempo que el Señor restauró. Quedó una casa iglesia funcionando en casa de la hna. María Luisa, una viuda muy dispuesta. Y la última sorpresa de todas las que tuvimos de parte del Señor, fue que cuando estaba por comenzar la reunión, una señora aún no convertida nos ofreció un salón para reuniones con 40 sillas. Este domingo Valentín hará reuniones allí, además de continuar abriendo casa iglesias. El Señor sanó a varias personas y hubo bautismo con el Espíritu Santo, y hasta una boda que tuve que oficiar. En fin. vimos que todo estaba preparado por el Señor, y sólo debíamos venir y salir a las calles a ganar a los que el Señor ha escogido.

Agradezco al Señor por la compañía del hermano Félix, quien es un gran compañero de labor y un eficaz evangelizador. Le he encomendado a él el cuidado de esta Obra, y él será el enlace entre Asunción y Santiago. Los hermanos y Valentín se encariñaron mucho con él y reconocen la gracia que el Señor le ha dado.

Bueno queridos siervos y amigos, gracias por sus fieles y poderosas oraciones, que sin duda, fueron las que abrieron los cielos de Asunción para que produjera esta hermosa cosecha. Mañana ya estaremos en Santiago, y en los días siguientes nos volveremos a ver, Dios mediante.

Les saludo con amor en Cristo